Masacre en la Amazonía indígena peruana
El pueblo Kukama Kukamiria, que se puede traducir al castellano como “Chacra pequeña amamantada”, es un pueblo pacífico de grandes pescadores; aproximadamente suma 37 mil miembros reunidos en comunidades entre las cuencas del río Marañón, Tigre, Urituyacu y río Huallaga. Allí, un grupo de ellos convive desde hace décadas con lotes de explotación petrolera (Lote 95, Lote 8) superpuestos en sus territorios de la Amazonía.
El 9 de agosto en la madrugada (en pleno Día internacional de los pueblos indígenas), según los testigos, aproximadamente 70 indígenas que venían protestando de manera pacífica desde el miércoles 5, fueron reprimidos por las fuerzas policiales que custodiaban la empresa PetroTal, asesinando a 3 indígenas Kukamas, dejando a otros 4 heridos de gravedad y a 7 heridos leves; ellos venían intentando un diálogo con representantes de la petrolera.
El mismo día en que el mundo celebra y conmemora la diversidad cultural, en el Perú se recordará también la agresión y el olvido del Estado hacia los pueblos indígenas; que desde hace mucho tiempo considera insignificante una fecha como ésta. Si revisamos en retrospectiva, año tras año, llegaremos a la tragedia del Baguazo, donde luego de 11 años de promesas incumplidas, nada ha cambiado. Tres gobiernos y la misma escena escalofriante de masacres anunciadas, siempre al borde de producirse, como una maldición atávica sin que ningún gobierno haga nada.
Desde Garcia a Humala, pasando por Kuczynski y Vizcarra, ninguno se ha tomado en serio los problemas y posibilidades de los pueblos indígenas. Lo indignante y dramático es que en medio de la pandemia del covid-19 el Estado peruano se ha consagrado como el perpetrador de una nueva masacre, en el mismo día internacional de los pueblos indígenas.